El día es uniforme y gunitado,
escandaloso e inusual.
Más reído por inesperado,
que llorado sobre pedestal.
He temido las respuestas
de mis preguntas sin contestar.
Sólo eran un montón de letras,
que más dará lo que quieran contar.
Siendo así me exasperaba,
articulaba un sonido gutural.
Como Guy Fawkes frente a sus caretas,
haciendo estallar mi parlamento en una explosión sin igual.