Juega con la luz de mi inocencia su querencia,
requiebra mis ofrecimientos y quema mis innumerables naves.
El trato que le ofrezco parece ser una firma sin licencia,
ella deseando que termine,yo deseando que no acabe.
Pero la nada ni termina ni comienza,
como Wendy atrapada en la maternidad,le atan sus cables.
¿Y sus rizos?enfermedad febril de mis dolencias,
como nota mental que me oprime,cual rencor de mis desastres.
Estos versos,salida al mar de sus bailes verbales,
¿mi soledad?se regocija y rompe a reír sin vergüenza.
Y aún así,mis nervios fluyen como ilusión de colegiales,
al igual que una tarde lectiva sin deberes ni ponencias.
Por eso huyo constantemente de los amores potenciales,
pues son sus ríos para mí canales angostos de Venecia.
Jamás vi mi vida firmando contratos públicos de bienes gananciales,
me iré pues,ahora que aún es hora de ver anochecer tras la luna de Valencia.
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