Ha llovido tierra roja y nubes negras,
hijos de ideologías olvidadas.
No me niegan sus partículas ajadas,
las tormentas de miserias venideras.
La paz de los huertos se quiebra,
se desangran las majadas.
El poeta del pueblo deja nuestra tierra,
navega afianzado a la capital republicana.
La ciudad se antoja eterna,infranqueable,
hacía cubrir la nieve tus deseos dorados.
Tu regreso devolvía a tu alma el desaire,
Orihuela se alejaba para ver tus sueños realizados.
Toda la Vega Baja despertaba inconsolable,
un gallo en crisis les recordaba su pasado.
Mas cuando tu cuerpo yacía sin vida en una celda de la cárcel,
tu poesía regaba los corazones de un pueblo amordazado.
Un hermoso recuerdo. Bello poema. Un abrazo grande
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