Regresan la sed y el abrigo,
infausto recuerdo no remunerado.
Portando desigualdad al camino,
atravesado con celeridad y descaro.
Da lo mismo que no te posiciones,
ellos brindan con champán.
Seguirán haciendo lo que les pase por los cojones,
hasta el preciso momento en que envejezca su tez de femme fatale.
Fallarán los jueces a favor de sus amigos,
¿seguirás mirando hacia otro lado?
Desahuciando a la alegría de los enormes pasillos,
del edificio malogrado como congreso de los diputados.
Y mientras,se pudren las instituciones,
y tú te escondes en tu desván,
se enfrían lentamente las relaciones,
del pueblo con los mandatarios que olvidaron por quienes tenían que gobernar.
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