Rodean tus brazos las nubes
y las tardes se obcecan con tu piel.
Sólo un ruido,un bostezo,una mirada que rehuye,
son las piezas del puzzle que no supe componer.
Tus ojos me evitan,
se cierran y mueren a mi paso.
Al igual que un corazón que no palpita,
como ceguera adquirida por observar el ocaso.
Sueño con ahorcar al consejero que engaña al proletario,
darte la soga y verte disfrutar con sus quejidos.
Clamando por tu amor como si estallara un organismo bancario,
abogo por derrumbar el sistema con guillotinas y bombas racimo.
Y volveremos a reír a diario,
a escuchar que su sistema es fallido.
Volveremos compañera a hacer necesario,
la lucha sin cuartel en cada recodo del camino.
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