Con ciática embravecida,
mueven cáncamos de esparto,
mis huesos y mis músculos,dotados,
de algarabías,requiebros y daños,
de amaneceres sentidos de miedo,
en los que mi cuerpo sucumbe al suelo,
y se agrían de amargor mis retablos.
En los días venideros donde la sal no seca,
donde las puertas se cierran como niebla pasajera,
se ponen de manifiesto mis deshojados jardines,
tardes de lluvia,papel y cáñamo,
enferman palmeras los insectos ruines.
Hoy la música resuena en las lejanas orillas,
de las playas desiertas que son para mi la poesía,
plasmo tristes amaneceres tras floribundas colinas,
me teme el sol cuando ardo,y eclipso su luz matutina.
Pero éste fin no justifica éste medio,
sólo ordena cambios bruscos en sus formas,
de rios,de sueños,de ojales ajados por grandes agujas,
por poner punto y final a éste sueño,
en el que encontrarte y perderte,
no sea el momento en que despierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario