Ríos de hogueras en que se ahogan los llantos,
costas verdes en las que te recuestas.
Polvos de hada que calman mis ansias,
de saberme perdido en los flecos de tus pestañas.
Derruido castillo templario,corazón henchido,
retomada conciencia Sartriana,
que buscando las respuestas del hoy y el ayer,
intenta ignorar las preguntas del mañana.
Como una borrachera de datos a mis oídos se acercan,
tentaciones de rescatar las pomposidades Kantianas,
de calcar los estatutos de la teoría Marxiana,
y derrocar los preceptos de la creencia cristiana.
Y cuál coleóptero egipcio destrozaré el pasto,
de los rebaños de borregos que siguen vuestros consejos,
de aquellos que abandonaron sus vidas,para otorgaros riquezas,
de los hijos de Gaia,que nada deben a un dios que siempre les falla.
No creo que nuestra salvación penda de un hilo,ateos,
ni tampoco que nuestra moral,esté abandonada a la sinrazón,
no me creeré a aquellos que quieren controlar mis actos a base de dogmas,
aunque se que ellos intentarán que lo haga de todas formas.
Mas sin sangría francesa mis párrafos escribo,
y sin propósito de enmienda en realizar este acto,
pues mi invención léxico-poética no atiende a medidas encorsetadas,
aquellas que consiguen que el sentimiento con que se escribe,uh,quede en nada.
Hoy de nuevo logro repasar las teorías de filósofos olvidados,
ya sea por el paso del tiempo,o por que sus teorías encayaron,
en mares donde el agua salada alberga manjares azucarados,
allí donde los bancos de peces,continuan estando asentados,
todavía más lejos de donde encuentran nubes los desiertos,
pero tan cercanos como se encuentran sus teorias de mis manos.
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