Poeta del verso y la niebla,
del estribillo errante,de las tabernas,
poséeme en título de uno de tus versículos,
destroza el tapiz,que ahora se apiada de nosotros.
Y si decides desterrarme de tu verborrea varada,
no olvides qué te dio la vida,las alas,
los adjetivos desordenados,las normas,
guiones,acentos y puntos,las comas.
No desahucies las tristezas,las noches,
las chicas que dijeron no a tu triste figura,
los abriles desorientados en busca de amaneceres,
de te quieros,y me quieres,del sabor de la ternura.
Tampoco olvides las birras,los porros,
a esos labios implorando socorro,
a la droga dura,al whisky seco y abarrilado,
a la sin medida,al tormento,a la algarabía y desasosiego.
Poeta,clama al viento el fin de tus recuerdos aciagos,
sé ecuánime con tu enemiga la soledad,
bebe vino,come poco y llora el alma,
pues se deshacen en halagos el tiempo y la ignorancia.
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