Mi mundo es un lugar inhóspito y lúgubre,
negro al igual que el caparazón de escarabajo autóctono.
Ambos se encuentran cediendo espacio y lumbre,
a invasores de otros climas y con distintas costumbres.
Mi mundo,en primer lugar,no es hallado,ni sirve,
es horizonte penal donde se ven presos mis demonios.
El coleóptero,en segundo,tan sólo habitante de urbe,
ajada por el tiempo,que olvidó cuidar su patrimonio.
Aún así,mi mundo todavía me aclara las ideas,
denostando a los sistemas que me encuentro
cada mañana sobre mi mesita de noche.
Todo son tecnicismos en cada una de mis tareas,
recortando papel,doblando herrajes,perdiendo el tiempo
que me regalan y que yo malgasto con derroche.
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