UNIVERSO IN VERSO

jueves, 18 de febrero de 2016

CAJERO MORALEJA 400

Su ventana se divisa desde mis ojos,
allá donde me encuentre.
En cuero ya se dibuja su rosado vientre,
no frenan mis pensamientos los cerrojos.

La noche esconde mis pretensiones,
exagera las precauciones que tomo.
Me hace fantasear mi mente con morar bajo sus camisones,
con explorar cada rincón de su cuerpo sin ningún decoro.

La mañana,
alimenta de vientos el solitario café,
los lujos del desayuno quedan ya lejanos.
De pronto,
su silueta se intuye tras las cortinas de su chalet,
yo levanto a mi compañero
y abandonamos el cajero en que esta noche nos cobijamos.

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