Una flor sobre tu pelo se adivina endemoniada,
jugando a besar aún a riesgo de polinizarse por error.
Vuela sin rumbo fijo,por el aire engatusada,
sabe ser sutil al tacto,pero es fiera cual león.
Sobrepasa tu cabello,gris por el paso de los años,
pero ese aroma no engaña,eres presa del amor.
Huyes enfilando la alameda,a paso ligero y sin reparos,
cambiar de aires te irá bien,tranquila,ese hombre fue un error.
Vas en busca de la ventanilla de metro que te ha de llevar,
al país de las maravillas que crees Alicia desechó.
Subes al vagón enloquecida,como adolescente primeriza,
miras de reojo a ese anciano,¡quizás él hizo como yo!.
Miras el móvil esperando a ver una última señal,
una llamada de ese chico que te logró engatusar.
Crees perder la compostura cuando Aluche ya está cerca,
piensas que es una locura y bajas de la vagoneta.
Unas calles más o menos sabes que no apagaran el ansia,
Calle Ocaña se transforma en un infierno que no acaba.
Por fin,esa llamada,es él,tu chico,tu efebo varonil,
alegas locura transitoria,cuelgas,has de volver al redil.
Cabalgas las calles a ciegas,a lomos de un sueño infantil,
ves como pasan las horas,tu esposo¿preguntará por ti?
Te preguntas de pronto muñeca,quién te robó el mes de abril,
¿como tú,bella princesa,pensaste siquiera en ese querubín?
Vuelves de nuevo a tu casa,tu hogar de aliento familiar,
haces la cena y descansas,hasta que te vuelva a llamar.
Te acuestas pensando que hubiese ocurrido si no hubieses dado la vuelta,
si hubieses cerrado una cárcel,para poder abrir otra puerta.
En ese momento maletas y ropa volando por la habitación,
llamada a ese chico valiente con el que escapar de prisión.
Despiertas al día siguiente con ropa sudada y resuellos,
miras a tu alrededor y te cercioras,de que todo ha sido un maldito sueño.
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