Acaba la mañana,sube el sol a los infiernos,
y las nubes inundan las marismas cercanas.
La lluvia no cesa,quema el agua los carrizales,
conminando a abandonarlos a todos sus habitantes.
El aire se calma de soles de invierno,
rodea a la cercana estela de estrellas eternas.
Discuten entretanto sus señorías de objetos banales,
coleccionados en años de bonanza en pos de los gobernantes.
Claro que el pueblo ocupa las calles,
abandona las aceras tiempo ha transitadas.
Despiertan de sueños dormidos de guerras ganadas,
arrebantándole la batuta al capitalismo desde sus mismas fauces.
Discuten sobre discapacidad,desempleo,enclaves,
aún a riesgo de no conocer las respuestas a las preguntas realizadas.
Entretanto,la izquierda les recuerda que no somos maleables,
que somos fiel reflejo de la lucha diaria ante las puertas cerradas.
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