UNIVERSO IN VERSO

viernes, 14 de mayo de 2010

La venganza raída

Blandiendo la espada,
de los mozos de cuadra,
me crucé con una hechicera,
y le pregunté quien era.

Sus palabras contestaban,
a un ritmo pausado:
No soy hechicera,
y me encuentro cansado.

Mi perdón le espeté,
por mi confusión de género.
A comer le invité,
pues me sentia deshecho.

Tranquilo,me dijo.
me suele ocurrir,
Me presento:soy hijo,
del rey Boabdil.

Al ver la realeza,
que su pecho ocultaba,
incliné la cabeza,
pues eso tocaba.

Con un gesto amable,
me dijo que no:
Hoy soy tu invitado,
y el que me inclino soy yo.

Al ver al monarca,
asido a mis pies,
me quité las abarcas,
y puse el mantel.

comímos,bebímos,
no supe qué hacer,
pues boabdil lo buscaba,
pensarían que era mi rehén.

me dijo:tranquilo,
yo lo explicaré,
diré que me diste,
el trato de un rey.

La corte esperaba,
querían saber,
quien era el sujeto,
del trato fetén.

Leonardo,me llamo,
mas no tengo dios,
mi fé verdadera,
es ayudaros a vos.

El rey cauteloso,
quiso saber,
que si no creia en dios,
¿a que se debe esa fé?.

leonardo le dijo,
sin mas miramientos,
qué su fe no la da,
a ningún dios del viento.

Le hizo saber,
a su rey y a la corte,
que creía en su cuerpo,
y no en su dote.

Que creía en los bosques,
los ríos,los mares.
Que su fe se extendía,
por todos los lugares.

Boabdil asombrado,
de tan espectacular conquista,
lo llevó anté su templo,
a qué pasára revista.

Leonardo le dijo:
No temo tus templos,
pues son un mar de piedras,
y difusores del miedo.

Boabdil cabreado,
le hizo apresar,
pues jamás se había dado,
tanta blasfémia hacia tal.

leonardo se dijo:
He actuado bién,
pues son mis principios,
y los tienen que entender.

tras años de luchas,
boabdil cayó vencido,
cristianos escuchan,
sus temblorosos gritos.

Al ver a leonardo,
delgado y exprimido,
deciden lavarlo,
e invitarle a un cocido.

leonardo les cuenta,
todo lo acontecido,
lo encierran,lo olvidan,
por que en su dios el no ha creido.

Cimitarras volaban,
tizonas rasgaban,
leonardo pensó,
que le parecía lo mismo.

Les hizo saber,
qué su diosa era gaia,
los soldados no entendieron,
de que demonios hablaba.

A la corte otra vez,
sus captores le llevaron,
Este es un nigromante,dijeron,
y su cuerpo incineraron.

Sus cenizas arrojaron,
a las aguas de su lago,
y a su pueblo descuidaron,
pues morirían ahogados.

A la mañana siguiente,
todo el cielo se nubló,
era gaia contestando,
al asesinato de leonardo.

nadie del pueblo murió ahogado,
pero las culpas echaron,
a ese rey tan vengativo,
y por eso fué colgado.

diga usted pués,la moraleja,
de esta historia que he contado,
pues con gaia no se juega,
al juego que ella ha inventado.

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