Todo comenzó un lluvioso mes de mayo,
entre flores carmesíes de olores nacarados.
Volvía de su viaje de emociones consternadas,
esperando que al tocarle,
nada le rozara el alma.
Su amor se desvanecía,
cual espanto desmedido.
Su camino se estrechaba,
y su lado oscuro se escondía.
Ponía triste a la alegría,
y a la tristeza desgarraba,
volvía por antiguos derroteros,
donde el alcohol no le bastaba.
Ponía en peligro su vida,
no buscaba una salida,
creía en su suerte atormentada,
que tiempo atrás valía.
Encontraría suministros,
de tristezas malheridas,
poniendo en su plato,
en la comida,
Veredas de refunfuños y saberes.
Su cuerpo languidecía,
su cabeza no sanaba,
sus manos,temblorosas,negadas,
buscaban un cuerpo en el cual entretenerse,
filtraban la escarcha del banco donde se extendía.
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