Tristes días los que anuncian los diarios,
baladas de cisne,rotas de saberes.
Abrid ya las ventanas de dirección sureste,
y dejad entrar al viento y al sol de poniente.
Guerras de palabras,paces de cruces,
encended ya esas luces y divisareis sus jetas macabras,
de sangre,de balas,
de pozos de petróleo y de sagradas alianzas.
Otras esperanzas riegan los campos de estrellas,
de países que agonizan tras las líneas enemigas,
a los que se les intenta buscar democráticas salidas,
y que exigen,día a día,que se solucione su agonía.
Pero ya es momento de detrozar los campos de minas,
de apoyar a la disidencia con libros de poemas,
con armas vacías de balas,
de tormentos,de esperanzas,
de soluciones diversas y desaforadas.
Pues pintar democrácias teñidas de rojo tiene sus consecuencias,
de daños a los bandos perdedores,de agasajos a los vencedores,
el plegarse al sistemas que agonizan y resisten día tras día,
de esos ignominiosos señores,que desean gobernar vuestras vidas.
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