Ingenuidad desconocida para un miembro vistoso
y deshojado de abriles en sus ramas descolgadas.
Gratuidad de mis quehaceres de obligada voluntariedad,
secas de lluvias caídas sobre mares de desigualdad.
Maldigo mis devaneos nocturnos con la soledad,
tiempo es ya de deshacerse de esas dagas envenenadas.
Recompongo una a una las ventanas ahora cerradas,
trato con aristócratas y obreros en pos de la igualdad.
Y te recuerdo cada noche en cada onírico destierro,
nadando a contracorriente en ese mundo de misterio.
Solo veo tu cara y tus ojos,tus labios y tus dedos,
solo acierto a repartir mi poco patrimonio entre nuestros nietos.
Noto al fin,como te alejas,como desvalijas mi platea,
como esos asientos en los que se acomodaba mi vida,
desaparecen poco a poco llevados por aquellos gorrillas,
que hicieron que te perdiera en la altura de esta escalera.
De pronto,llega la mañana,la esperada luz dorada,
muerte de este mundo de sueños en el que me integro.
Y creo que he de resolver ciertas desavenencias con la nada,
a la que me empuja el día siguiente al encontrarme con la luz de tu mirada.
Creo seriamente que la cerveza ya no cura las heridas,
ni despista al temor de encontrarme deshecho en una esquina,
feroz como león de la sabana que espera la hora de cenar,
sentado a la sombra oscurecida de un baobab de tamaño ejemplar.
Ya que hoy mi espalda ruge,y mi corazón zarpa,
ese león que alberga mi cartilla de ahorros de la caja,
de un mediterráneo que llora al ver que su vientre se sala,
febril de la corriente de los ríos que han de conducir hasta él sus aguas.
¿Que nos espera a los poetas sin amores platónicos?
¿Que será de nosotros si nuestra tierra está hecha añicos?
¿Que de será de la musa sin verso que la arrulle?
¿Que del capitalismo si no encuentra quién le apoye?
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