Se que resulto egoísta al pedirte la luna,
pero deja que te explique,por favor,deja que ocurra.
Sabes mejor que nadie que mi destino divaga,
y ni el sol ni la moneda conseguirán que decaiga.
Fuiste estampa primaveral en mis tormentas,
humor desheredado en noches de amor desatendido.
Guardiana de mi melena,tiempo ha adorada,
fiel escudera de este loco,que contra tus molinos chocaba.
Pero esta noche,dorada cual espiga de trigo,
saca tus manos del tiesto en que sin querer te insertas,
pide ayuda a los fantasmas que por la noche cabalgan,
a lomos de tus deseos que tan fervorosamente soñabas.
Se hace de día,y te recreas frente al espejo mientras te perfumas,
y miras hacia un punto muerto escuchando paciente la lluvia.
Ladran,luego cabalgamos,puesto que nuestra es la playa,
nuestras también las ideas,nuestro el poder y las palabras.
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