UNIVERSO IN VERSO

martes, 29 de noviembre de 2011

EL BARCO EN EL QUE TE MARCHAS

Subo al cañón que a su banda me eclipsa,
cabalgando con él las llanuras yermas.
Vivo ocultando gorilas en la espesísima niebla,
enseñándoles malabares con los que partirnos de risa.

Solo sé que mi nada no entiende a tu todo,
que tu bebes café y yo,apenas como
Que silbo melodías de orquestas calladas,
de sirenas que saben que aún permanecerán varadas.

Tengo la razón de mi parte en estas citas,
impregnadas de la tierra que alfombran mi huerta.
Pensando en huir despavorido en dirección a la alameda,
recortada en siluetas por la cansina e incesante brisa.

Al cabo del día,bocanadas rabiosas de ruidos sordos,
como horizontes de nogales sembrados de nuevos retoños.
Por fin se cumplió la profecía que por las noches soñaba,
tú despidiéndote de mi,yo agarrado a la quilla del barco en el que zarpabas.

Aunque tras las noches en que mi cuerpo languidecía,
humeaban desfiles de vientos que aporreaban mi puerta,
pidiendo un sol que guiara su destartalada monserga,
y que se estremecían al colarse en mis ojos cada vez que te veía.

Notaba como te desnudaban el alma y ardían rescoldos,
como desnutrían mi sistema para pagar sus platos rotos.
Buscaban tu perfil granulado del que mi mirada usurpaba,
tus curvas encerradas en doradas caderas recién alquitranadas.

Aunque el viento me pedía más tiempo para su profecía,
yo empapaba con fuego el sombrero que antes cubría tu testa,
y te arrancaba el vestido de lino que aseguraba la fiesta,
poniendo a si fin al principio de la virginidad que perdías.

Pero hoy se apagan los cabezales ardientes de los cigarros,
y desestiman mi recurso los mecheros y ceniceros,
que acompañaron mis despedidas en ese puerto maldito,
en el que perdía el crecer de tu cuerpo y mi nuevo ajuar de heredero.

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