Sangro por las heridas,las cicatrices a mi cuerpo ceñidas,
salto buscando un peaje,mi bolsa de mano,mi portaequipaje,
y solo encuentro mentiras...y más mentiras...Sagradas solo,
si son tu boca quien las dice,si son mis neuras quien las crea.
Sangro,pero hoy de manera equivocada y difusa,
pues no es sangre lo que brota de mis vísceras,
son las malas artes a las que me empujan mis musas,
y una vez que te pierdo,me echo a la carretera.
Me voy por donde Quijano perdió cordura,
por los caminos por donde el cielo intenta tocar al suelo,
allí en donde por treinta euros te dan medio gramo de locura,
a ese hostal de perversiones me lleva este febril desconsuelo.
Pero ya no sufro como antaño,no se suicida la sal,
no cambio amaneceres conmigo,por otros sin ti,
de versos de Machado,de Hernandez,de Alberti,
de saberme perdido en tu perfume de femme fatale.
Y me di cuenta hoy,¡que rutinaria era mi salina!,
poesía,partido,anestesia,morfina,
pero nada me curaba y ya nada me retenía,
así que por fin,edulcoré la ajada y mansa rutina.
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