Era noche cerrada en los corazones solitarios
y plagaban las aceras sueños de tocar tu boca,
de sentirse cerca de tu esbelta figura,
de apropiarse con ternura,de tu baile y tu finura.
Pero tu mente pedía diversiones más comunes,
contoneos al pie de una barra,acompañada de mi compañía,
de unos cabellos dorados,pertenecientes a tres hermanas,
que reían y soñaban,en fin,bailaban una onírica melodía...
Demostrábamos al destino que no tememos su designio,
que vivimos extasiados por los sonetos de los sonidos,
poseemos ya esta noche en el recuerdo,que quedará impregnado,
en nuestro diario,nuestro pasado,en nuestro incierto camino.
Tocan al fin las marchas de retirada,el fin de nuestras sordas elucubraciones,
las notas melancólicas de una de nuestras invernales baladas,
noche que llega a su fin en busca del mañana,
cuando por azar vuelvo a escuchar aquellas canciones por nosotros bailadas...
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