Sabes que no me resisto a mirarte a los ojos,
a desnudar tu alma,a desatar mil tormentas,
sé que ya debería haberte entregado mi ofrenda,
pero no te ofendas y disfruta de este poema que arrojo.
Me acechan las noches acompañadas por mi soledad,
eterna lucha de púgiles,que divagan entre defender o atacar,
a renunciar a tu llegada,cuando tengas que llegar,
a el fin de implantar en mis genes,la semilla de la maldad.
Derribaré los muros que cerquen tu cuerpo,
tu sonrisa,tus requiebros,tus te quiero y no te quiero.
Fracasaré si mi orgullo desafía a tu querencia,
por no saber esperarte,por mi falta de paciencia.
Sabes que eres mi droga,aunque lo ignoras.
Sabes que espero sediento,a que pasen las horas.
Tienes el sí,el no,la respuesta que busco,
yo la cicatriz,tu el miedo,yo dos copas de Lambrusco.
Secaremos esta noche la eterna salina del corazón,
dolido de tanto esperarnos,el uno al otro,tu piel a mi piel,
andando despacio por miedo a que nos domine la razón,
deseando tenernos mutuamente,en cualquier hotel,en cualquier rincón.
¡Precioso!
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