Vivo alejado del ascensor sin balcones,
del terminar muy deprisa,de agasajar lo banal.
Cruda es mi lucha contra el reinar de borbones,
del escribir las canciones,que algún día he de cantar.
Guardando La Paz en Bolivia,la guerra en los corazones,
siento el rugir de la brisa,recreando una escena en la que yo soy Don Juan.
De nuevo asedio ruin y cruelmente las viles razones,
que tan estupendamente expones,justo antes de asesinar.
Primero abres sus bocas,después les extirpas un premolar,
se ve que disfrutas desmembrando sus miembros,
ya que te excitas al ver su sangre corriendo,
por entre tus dientes cuando te has dispuesto a cenar.
Solo oyes gemidos,solo oyes rezar,
tu no crees en nada,tranquilo,disponte a torturar.
Descoyunta poquito a poco a tu víctima,paso a paso,
no bebas vino en tu vaso,pues dejarás huellas para la resolución del caso.
Todos sabemos que estas enfermo,que disfrutas viendo morir,
esos ojos altivos y blancos,sedientos de sangre de un efebo varonil.
Descansa tu sed cuando rodeas con tus manos la muerte,
y sabes que es cuestión de suerte,que escapes de la guardia civil.
Ya son tres años matando,terminando historias sin final feliz,
en la primera te equivocaste,pero en las otras,muchacho,fuiste un sanguinario.
Te revolvías con tus víctimas,realizabas un ejercicio extraordinario,
unas morían estranguladas,saetadas,otras morían con el gas sarín.
Ahora ya es tarde para arrepentirse,pronto para morir,
morirás en una cárcel,solitario,recibiendo la visita de una mujer de París.
Recordarás su cara,sí,es tu primera víctima,pudo salvarse de ti,
y ha venido a vengarse,respira,pues ya iba siendo hora,de que te tocase sufrir.
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