Fin de temporada en una gran superficie,
tras muchos años haciendo mudanzas periódicas.
Se acabó,eso espero,el sueño de la gran manzana,
la desidia de ese extraño que seguiré viendo mañana.
Pone fin un gran desliz que deseaba que ocurriera,
pero esperaba no tener remedio que no fuera pasajero.
Se ha rendido,eso espero,esta absurda ley Corcuera,
pues el paso de las noches a su lado no lo pagaba el dinero.
Renunció todo un decenio a disfrutar del día a día,
aguantó lo que uno espera que no aguante una persona.
Solo espero que no crea que tal como se deja se retoma,
ya que si eso ocurriera,sentiría mi sangre caliente,sobre su yugular fría.
Y tras el paso de los años,celebraremos atea homilía,
en una casa donde las cruces están en mi hombro izquierdo.
Retiraremos de la memoria todas las horas vividas,
haremos añicos la historia de este infausto recuerdo.
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